Esta especie habita en los bosques primarios y secundarios del Parque Nacional de Lokobe, donde el follaje del bosque es exuberante y denso, y los troncos de los árboles ahuecados les proporcionan lugares oscuros para anidar tranquilamente. Su necesidad de permanecer ocultos y fuera de peligro hace que los lémures deportivos sean especialmente vulnerables a cualquier grado de degradación forestal. Por este motivo, los investigadores realizaron experimentos para determinar si la especie podía adaptarse a un agujero artificial (cajas de madera con una abertura en la parte superior) para anidar y refugiarse en caso de que los agujeros de los árboles se perdieran debido a la degradación del bosque. Los resultados de esta investigación permitieron a los gestores del parque considerar la posibilidad de conservar la especie ex-situ si fuera necesario en el futuro. Este estudio es una colaboración entre el Parque Lokobe e investigadores estadounidenses. Además de la investigación, también se llevó a cabo un seguimiento de esta especie, así como una labor de concienciación para su conservación.