Cedro del Líbano

Los bosques de cedros del Líbano gozan de la singular distinción de ser los más antiguos documentados de la historia.
Los cedros ocupan un lugar destacado en los primeros registros escritos de los sumerios, que datan del tercer milenio antes de Cristo.
La Epopeya de Gilgamesh describe los bosques de cedros del Líbano como "mil leguas de largo y mil leguas de ancho".
Sin embargo, fueron los fenicios de la costa del actual Líbano y de ciudades tan antiguas como Biblos, Tiro y Sidón, quienes se convirtieron en los principales comerciantes de la madera del cedro.
Siglos más tarde, durante los primeros años del siglo XX, los turcos otomanos deforestaron todas las zonas de cultivo de cedro que se encontraban a una distancia fácil de transportar de su ferrocarril del Hiyaz, con el fin de obtener combustible para sus motores de combustión de madera. Sólo las arboledas más altas y remotas se libraron de los daños.
En el Líbano actual, el legendario cedro sigue siendo venerado y permanece en la mente de todos los libaneses. El cedro aparece en la bandera nacional, la línea aérea nacional, los logotipos del Gobierno, la moneda libanesa e innumerables logotipos comerciales. Es el protagonista de libros, poesía, tarjetas postales, carteles y arte. Los cedros del Líbano son una parte importante del patrimonio cultural del pueblo libanés.